«Entonces empieza a gemir con lúgubres gemidos, como nunca antes se los había oído, porque siempre había interpretado tales llantos como propios de hombre cobarde y apocado.» Sófocles (1973 [440 a. C.]). «Ájax», Sofocles: Teatro completo, trad. de Julio Pallí Bonet, Bruguera, 54.