Del latín cardinalis ("principal"), y este de cardo, "gozne, bisagra", de origen incierto. Los prelados recibieron este nombre por elegirse entre los presbíteros de las iglesias principales de Roma, y las restantes acepciones derivan del distintivo color rojo de la indumentaria cardenalicia. Compárese el doblete cardinal.
"[...] se escondió tras una enorme tinaja por cuya boca escapaban docenas de cardenales.". Balcells, Jacqueline; Güiraldes, Ana María (1994). Juanita, Joven Patriota. Zig-Zag, 79.