En ella, en fin, y colocadas las tres urnas en un suntuoso catafalco, iluminado con cien blandones, celebráronse las solemnes honras y oración fúnebre, concluyendo tan solemnísimo acto, a las cinco de la tarde con las descargas de fusilería y el incesante estampido del cañón.Ramón de Mesonero Romanos. Memorias de un setentón. Página 209. 1880.
Trabajar en placa supone todo un ceremonial. La cámara para sacar ese tipo de fotos es un catafalco enorme, viejo y una vez que ponés la placa ya no ves más nada a través de la lente.«Página/12».