—¡Eso espero! Con solo olerlo ya me quiero matar. —Danielín, ¿me vas a decir que no tenés los huevos para ver un tereso?Leandro Oyola. Santería. Página 101. Editorial: Negro Absoluto. Buenos Aires, 2008. ISBN: 9789872426125.
Ejemplo:
se la pasa ladrando toda la noche y no deja dormir a nadie, después la mocosa de la dueña la saca a mi vereda y me caga cada baldosa ¿y usted se cree que la muy cogotuda se agacha para levantar un tereso?Claudio Lauberge. Mi vida Leclesiana. Página 164. Editorial: Dunken. Buenos Aires, 2013. ISBN: 9789870267331.