Persona cuyo oficio consistía en llevar agua para vender.
Ejemplo:
-¡De la Alhambra, quién la quiere! -¡Buena del Avellano, buena! -¡Quién quiere más, que se va el tío!- Y así por este estilo centenares de pregones incitantes, hiperbólicos, que concluyen por obligar a beber. Abrís la mano, y recibís una cucharadita de anises para hacer boca; mientras los paladeáis, el aguador fregotea el vaso, que llena después de agua clara y algo espumosa, como escanciada desde cierta altura...Ángel Ganivet. Granada la bella. Editorial: Wikisource.