Del latín sexta hora, que correspondía exactamente con el mediodía, ya que los días se dividían desde la salida del sol hasta el ocaso exactamente en doce horas. La hora sexta era por tanto la del máximo calor, y por extensión designó el sueño que se toma hacia esa hora.
↑Desde 1999 se recomienda considerar siempre diptongo, a efectos de acentuación gráfica, la combinación entre vocales cerradas “átonas” (/iu/, /ui/), o entre vocales cerradas con vocales abiertas ambas “átonas” (/ua/, /ei/, /io/, etc.). Esta recomendación se transforma en prescripción a partir de la reforma ortográfica de 2010, por lo que muchas palabras que se podían escribir con hiato deberán escribirse en diptongo. No obstante, esto no implica una proscripción en la pronunciación. Más información.
↑ 2,02,12,22,32,4«siesta» en Diccionario de la lengua castellana (RAE). Página 939. Editorial: Sucesores de Hernando. 14.ª ed, Madrid, 1914.