Del castellano antiguo texón, y este del latín tardío taxo, del gótico *𐌸𐌰𐌷𐍃𐌿𐍃 (*þahsus), a su vez del protogermánico *þahsu-z, de origen ulterior incierto. Compárense el catalán teixó, toixó, el gallego teixugo, el italiano tasso o el portugués texugo, así como los cognados germánicos: el alemán Dachs, el neerlandés das o el inglés medio dasse.