Andrés entró a la consulta y se echó para atrás en el sillón. ‘¡Mira tu pose de gerente de banco!’, le dijo Sylvia. ‘Este cabro es un barsa’, nos comentó a mí y a mi marido. A los 10 minutos Andrés estaba sentado derecho y, a la semana de nubes y soles, asumió otra actitud: tomó su responsabilidad y sintió que tenía una reputación que cuidar.Sylvia Langford. «La psicomaga». 12 may 2008.