Palabras de las que usaba Neruda conversando —no le pertenecían todas de origen, pero las hacía completamente suyas— fueron quedando hasta hoy en la lengua de los que fueron sus amigos. No se habla de su modo de pronunciar arrastrado y violoncellesco, no sin gangosería. Palabras locales infantiles o borrachas, como cucufate y cufifo.«Documento sin título». 10 mar 2016.