Consiste en una serie de estímulos económicos a los que pueden aspirar los investigadores de tiempo completo de todo el país; tales estímulos varían en cantidad según la calidad de los investigadores, el impacto nacional e internacional de sus trabajos, su participación como formadores de recursos humanos y otros criterios, pero no son menores que un salario mínimo o mayores de cinco salarios mínimos por mes, además del sueldo de investigador, y están exentos de impuestosRuy Pérez Tamayo. Ciencia, paciencia y conciencia. Página 35. Editorial: Siglo XXI Editores. México D.F., 1991.