Epónimo: Abundio. Parece que el personaje existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba y se le achaca el haber pretendido regar "con el solo chorrillo de la verga", con apenas agua, un cortijo.[1]
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- Ser muy tonto.
- Uso: se suele completar con alguna de las "hazañas" atribuídas a abundio entre las que destacan
- Ejemplo: Ser más tonto que Abundio, que en una carrera en la que corría él sólo llegó el segundo.
- Ejemplo: Ser más tonto que Abundio, que vendió el coche para comprar gasolina, y resulta que la tenía en casa.
- Ejemplo: Ser más tonto que Abundio, que fue a vendimiar y se llevó uvas de postre.
- Ejemplo: Ser mas tonto que Abundio, que se cayó de espaldas y se rompió el dedo sin uña.
- Ejemplo: Ser mas tonto que Abundio, que vendió una oreja porque la tenía repetida.
- Ejemplo: Ser mas tonto que Abundio, el que asó la manteca.