Caro amigo, y compañero, el fuego que me abrasa es inmenso, mi amor terrible, y mayor, y más grave de sufrir la sinrazón que Jacinta me haceGonzalo Céspedes y Meneses. Poema trágico del español Gerardo y desengaño del amor lascivo. Página 118. Editorial: Imprenta de don Pedro Marín. Madrid, 1788.
Eras la personificación de lo necesario y odioso, de la sinrazón, lo absurdo, lo quimérico, lo irreal. A la vez se consideraba mi hermano y mi enemigo. No otra era tu condición. El otro confinado en el espejo. Y supe también que seguiría contigo hasta que el dilema se tornara insoluble y uno de los dos reclamara el espacio del otro, porque ésa fue siempre la ley del instinto y de la sangreFrancisco Javier Satué. La carne. Página 150. Editorial: Alfaguara. Madrid, 1991.