Del griego antiguo βάρβαρος ("extranjero"), reduplicación onomatopéyica, βαρ βαρ (bar bar) que imitaba un balbuceo o una forma de hablar desconocida.[1] Compárese el sánscrito बर्बर (barbara, "balbuceando"; "bárbaro"; "no ario"; "salvaje"), pero también en lenguas no indoeuropeas, como el sumerio barbar ("extranjero") y el acadio barbaru ("forastero").[1]
Perteneciente o relativo a un país o una región extranjera, extranjero, forastero (para los griegos: todos los que no eran griegos; adaptado por los romanos para referirse a todo lo que no era ni griego ni romano).[3]