Adjetivos de la primera y segunda declinación (temas en -ā- y -o-) se declinan en el masculino como servus, puer, o ager, en el femenino como stella y en el neutro como bellum.[2]
Los del tipo regular (-us, -a, -um), como bonus, se declinan de la siguiente manera:[2]
Como los sustantivos de la tercera declinación, también los adjetivos son de carácter mixto. Pero mientras los sustantivos se acomodan más a la declinación consonante, los adjetivos tienden más a la declinación vocal en -i-, excepto acusativo singular -em y plural -ēs (junto a -īs). Incluso adjetivos que provienen de raíces consonantes forman generalmente el ablativo singular en -ī, el nominativo, vocativo y acusativo plural neutro en -ia y el genitivo plural en -ium, y excepto los comparativos, no son muchos los adjetivos con las desinencias consonantes -e, -a, -um (en lugar de -ī, -ia, -ium respectivamente).[3]
3.ª declinación vocal:
Adjetivos de tres terminaciones en el nominativo singular (uno para cada género, como ācer m, ācris f, ācre n).
Adjetivos de dos terminaciones (con formas iguales para el masculino y femenino, como levis m/f, leve n).
Nota 1: Esta conformación es comparativamente tardía, así en los poetas y escritores tempranos el masculino o el femenino de estos adjetivos a veces se usaba para ambos géneros. Otros con tema en (-C)ri-, como faenebris, fūnebris, illūstris, lūgubris, mediocris y muliebris no diferencian la forma masculina de la femenina, y así son declinados como levis, es decir, según la 3.ª declinación de dos terminaciones.[4]
Nota 2: A veces en poesía, raramente en prosa se puede encontrar el ablativo singular en -e.[4]
Nota: Al igual que los de tres terminaciones, también a los de dos terminaciones se los puede encontrar a veces en poesía y raramente en prosa con el ablativo singular en -e.[4]
Los adjetivos restantes de la 3.ª declinación son de tema en consonante, aunque la mayoría, excepto los comparativos se declinan con las desinencias vocálicas.[4]
Estos adjetivos, excepto los con tema en -l- o -r-, forman el nominativo singular sumándole -s a la raíz, por ejemplo atrōx (tema atrōc- + -s), muchas veces con leves mutaciones fonéticas, por ejemplo egēns (tema egent- + -s, la -t- es omitida), así todos los participios presentes, como amāns, monēns, etc.[4]
El ablativo singular generalmente termina en -ī, y a veces en -e, además:
al usarlos como sustantivos terminan en -e,
también los participios presentes usados como tales (o como sustantivos) terminan normalmente en -e, pero en -ī al usarlos como adjetivos.[4]
ejemplo:
ab amante - por un amante (sust.)
pero:
ab amantī muliere - por una mujer amante (adj.: que ama)
El comparativo se forma sustituyendo la terminación del genitivo singular con el sufijo -ior para el masculino y el femenino, y con -ius para el neutro.[7]
El superlativo se forma con el sufijo -issimus (-a, -um) en lugar de la terminación del genitivo singular.[7]
Adjetivos compuestos con -dicus y -volus forman el comparativo y superlativo a partir de los correspondientes genitivos de los participios presentes dīcēns (gen. dīcentis) y volēns (gen. volentis). Por analogía también compuestos con -ficus.[7]
Algunos adjetivos se comparan con ayuda de los adverbios magis (más) y maximē (lo más posible), o se suplantan por comparaciones de sinónimos.[7][6]
Nota: Generalmente se trata de reglas arbitrarias por ocurrencias de los gramáticos del período clásico. Muchas de las formas que según aquellos no deben ser usadas aparecen hasta el preclásico (en textos de Plauto, Catón el Viejo, etc.), y algunas se continúan usando durante el clásico.
Estos son especialmente:
a) Adjetivos en -us precedidos por vocales (excepto aquellos en -quus, -guis y -uis).[7][6]
e) La mayoría de los adjetivos en -bilis y muchos en -ilis no tienen superlativos (excepciones: mōbilissimus, nōbilissimus).[6][7]
f) Muchos adjetivos por su significado no pueden ser comparados, como aureus (dorado), ūnicus (único), singulāris (singular), etc.[6][7]
Nota: Cada lengua difiere en cuales pueden ser comparados y cuales no,[6] muchas veces por arbitrios del gramático de turno. Así niger y candidus pueden ser comparados, pero por ser negro y blanco absoluto, āter y albus no (excepto que ātrior aparece en un texto de Plauto).
↑ J. H. Allen & J. B. Greenough. Allen and Greenough's New Latin Grammar. Página 46. Editorial: Ginn & Company. Boston, 1903.
1 2 3 4 J. H. Allen & J. B. Greenough. Allen and Greenough's New Latin Grammar. Páginas 46-49. Editorial: Ginn & Company. Boston, 1903.
↑ H. Rubenbauer et al. Lateinische Grammatik. Páginas 42-44. Editorial: C. C. Buchners Verlag. Bamberg, 1995. ISBN: 3766156276.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 J. H. Allen & J. B. Greenough. Allen and Greenough's New Latin Grammar. Páginas 49-52. Editorial: Ginn & Company. Boston, 1903.
1 2 3 J. H. Allen & J. B. Greenough. Allen and Greenough's New Latin Grammar. Página 54. Editorial: Ginn & Company. Boston, 1903.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 H. Rubenbauer et al. Lateinische Grammatik. Páginas 45-49. Editorial: C. C. Buchners Verlag. Bamberg, 1995. ISBN: 3766156276.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 J. H. Allen & J. B. Greenough. Allen and Greenough's New Latin Grammar. Páginas 55-57. Editorial: Ginn & Company. Boston, 1903.
1 2 3 Oxford Latin Dictionary. Editado por: P. G. W. Glare. Editorial: Oxford University Press. Oxford, 1983.